CASERÍO OLAGORTA, BERANGO.

La boda de Jone y Peru en el Caserío Olagorta fue exactamente como ellos la habían imaginado: un día para disfrutar con su gente, sin estrés ni poses forzadas. Desde el principio, tuvieron claro que lo más importante era vivir cada momento al máximo, y lo consiguieron.

Decidieron esperar hasta después de empezar el baile para hacer su sesión de pareja. Querían centrarse en estar con los suyos durante la ceremonia, el banquete y los momentos más especiales del día. Al caer la tarde, con la música ya animando el ambiente y la presión del horario lejos, nos escapamos unos minutos para capturar su esencia juntos. Fue breve, pero suficiente: miradas sinceras, gestos naturales y la tranquilidad de que todo había salido como querían.

El reportaje fue corto, de unos 15 minutos, en los jardines y junto a la piscina, pero estas localizaciones dan para mucho y quedaron unas fotos preciosas. Rodeados de la belleza del lugar y de esa luz suave del atardecer, las fotos reflejan exactamente quiénes son: auténticos, relajados y llenos de complicidad.

Acompañarles en este día fue un privilegio. Más allá de las fotos, lo que queda es el recuerdo de una pareja que decidió priorizar lo importante: disfrutar del momento y de las personas que les rodean, dejando que las fotos del reportaje fluyeran de forma natural, sin interrupciones ni preocupaciones.